La palabra
planeta proviene de la expresión griega πλανήτες αστέρες, es decir, "estrellas errantes". Por lo tanto, decir que un planeta es errante parece a primera vista una redundancia. Pero no lo es: bajo esta denominación se esconden aquellos planetas que no giran alrededor de una estrella o una enana marrón como es debido, sino que vagan en solitario por el medio interestelar. La existencia de estos objetos fue sugerida por primera vez hace décadas, pero sólo recientemente se han podido detectar
los primeros candidatos. No obstante, muchos de estos casos son bastante dudosos y podrían terminar siendo
enanas marrones en vez de planetas (todo cuerpo entre 13 y 80 veces la masa de Júpiter se considera una enana marrón).
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