Pocos hechos, a nivel humano, producen tanto daño, deasosiego, desazón, como el desengaño (amén, claro está, de la muerte de un ser querido) amoroso. Todo el cariño, toda la pasión, toda la química que entran en juego cuando uno se siente querido-aunque sea un autoengaño-y uno quiere, se vienen abajo cuando, de repente, te cambian de cara y te dicen que no ( para ello vale cualquier excusa, siempre se encuentran ). Esto es válido tanto para ellos como para ellas. Las salidas a estas imprevistas situaciones nunca son buenas: furor-que hay que controlar-, abatimiento, depresión, angustia, ataques de ansiedad...innumerables. Sólo el paso del tiempo y elevar la autoestima son armas eficaces, aunque no siempre, para enfrentarse a estos malos contratiempos que forman parte de la vida y avatares humanos.
Un país a la deriva. Amor y desamor.
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