Estados Unidos a lo largo de su corta historia se ha convertido en el imperio genocida más grande jamás conocido por la humanidad a lo largo de toda la historia, hambriento siempre de poder, al grado que podemos sin lugar a duda plantearnos preguntas tales como ¿Realmente existe actualmente un Estado Soberano?, ¿En qué rincón del mundo ha quedado la ley y el derecho? ¿Sirven para algo los organismos y las instituciones que la comunidad internacional se ha dado para garantizar mejores formas de convivencia? Como vemos éstas interrogantes nos dan una respuesta no muy alentadora ya que en un mundo cada vez más globalizado se da de manera recíproca la imposición de políticas culturales, económicas y sociales a los países menos desarrollados. Existen distintos organismos e instituciones que tienen una función coactiva con los países subdesarrollados como lo son el Fondo Monetario Internacional (FMI) Banco Interamericano de Desarrollo, los cuales han obligado a establecer políticas ventajosas a los países subdesarrollados a favor de ciertas empresas trasnacionales. Se impulso el hecho de que todos los gobiernos vendieran a precio de remate todas las empresas de propiedad de las naciones debilitando su capacidad de toma de decisiones, mientras que los poseedores del capital imperial se dedicaron a comprarlos acentuando su poder. Los gobiernos dicen los impulsores del neoliberalismo, no debe de intervenir en la actividad económica esta debe estar reservada al sector privado (idea principal del neoliberalismo).
Es necesario aclarar a ese respecto que la globalización neoliberal realmente existente no sólo encubre un "mercantilismo de las mega empresas", como dice Noam Chomsky, sino un "imperialismo colectivo". Para lograr acuerdos en el viejo continente se constituyo, el parlamento europeo, cediendo cada país miembro una parte de su soberanía para después perderla toda. Así dan inicio las cosas e irán surgiendo otros acuerdos regionales hasta llegar al gobierno mundial donde unas pocas personas impondrán su voluntad atendiendo a sus intereses mercantiles e ideológicos.
Hegel dijo "no admite que el individuo pueda oponer sus propios fines a los del Estado... Es estado es la fuerza absoluta sobre las tierras, la fuerza organizada y sin limites. Y al mismo tiempo es el derecho supremo". En una palabra, lo es todo y el individuo no es nada. Este fue el sustento del comunismo y el nazismo (A diferencia del comunismo, con fuerte contenido ideológico, la globalización no es otra cosa más que mercantilismo puro, o sea, negocios pero sin dejar de lado el dominio del mundo) en estos nuevos tiempos de globalización y neoliberalismo hemos visto que el poder político se traslada de los Estados a las corporaciones y los grandes conglomerados mercantiles cuyos intereses distan mucho de los intereses de la sociedad y del bien común.
Ya pertenece a la historia el afán de avasallar naciones para despojarlas de su territorio. Era costoso y desgastante, visible ante todo el mundo y de dudosos resultados. La globalización ha sustituido a la colonización. Los centros del poder económico mundial no quieren dominar territorios, sino mercados; no pueblos, sino la riqueza de ésos mercados, y en ése afán, el ser humano es poco menos que una cifra. Para que dominar un espacio, un territorio, un país entero. Preferible violentar, asesinar, extinguir ciudades con todo y habitantes, para avanzar la "garra depredadora" y apoderarse de sus bienes. Las "razones" sobran: países de terroristas gobernados por locos que ponen en riesgo la paz y la estabilidad mundial.
A partir de los atentados del 11 de septiembre del 2001 el panorama cambió y Estados Unidos entró en una nueva fase la cual es percibida por el gobierno de Bush como la "guerra contra el terrorismo" una oportunidad para expandir sus ventajas militares, ya de por sí avasalladoras, al resto del mundo, para después pasar a otros métodos que le aseguren el dominio global. La "doctrina Bush" es denominada como "el golpe previsor" contra presuntas amenazas: "la autodefensa contra un ataque futuro" y no es secreto contra quién se dirige la amenaza pretenden aplicarle dicha doctrina a Irak. Afganistán fue el primer país atacado en busca de un hombre supuestamente ligado a los atentados terroristas del 11 de septiembre, se han estado tratando de desintegrar a los países del golfo pérsico con el fin de convertirlos en una parte de la colonia pero no es la única área geográfica en la mente de E.U.A. ya que uno de los logros principales es que por primera vez tiene bases importantes en Asia central. Estas bases son cruciales para posicionar favorablemente a las multinacionales estadounidenses en el "gran juego" actual por controlar los considerables recursos de la región, pero también para completar el cerco que tiende sobre los mayores recursos energéticos del mundo, situados en la región del Golfo. El sistema de bases estadounidenses que tiene en la mira al Golfo se extiende del Pacífico a las Azores.
El Departamento de Defensa de Estados Unidos presentó un proyecto presupuestario por 379 mil millones de dólares, con un incremento de 48 mil millones con respecto al periodo anterior (La Jornada). Todos los recursos y las armas que necesitan para alcanzar una victoria total y definitiva; hoy los enemigos reales o imaginarios de Estados Unidos son remotas dictaduras tercermundistas (Irak y Corea del Norte) sumidas en pavorosas crisis económicas y materiales, una república islámica (Irán) rodeada de enemigos regionales y carente de cualquier posibilidad de convertirse en una amenaza militar seria para Estados Unidos, o bien organizaciones guerrilleras fundamentalistas, como los rebeldes islámicos que operan en Filipinas, incapaces de plantear un desafío estratégico contra Washington.
Los criminales atentados de septiembre en Nueva York y Washington han servido, en cambio, de pretexto para que Estados Unidos se diera a la tarea de culminar la destrucción de Afganistán, que se encontraba en ruinas después de la invasión soviética, las guerras intestinas y las tropelías del régimen talibán, y emprendiera una cruzada difusa y peligrosa, esa sí, contra el "terrorismo internacional".
Categoría de enemigo que puede aplicarse a cualquier país u organización que colisione con los intereses geopolíticos y económicos de Estados Unidos.
Estados unidos defiende un conjunto de intereses particulares que no son obligatoriamente compartidos por el resto de la humanidad. Preocupa la intención de asociar el combate al llamado "eje del mal" a una estrategia de afirmación universal de la hegemonía norteamericana sustentada en su indiscutible poderío militar.
Hay siempre, por cierto, la salida fácil ante cualquier argumentación en contra de E.U.A.: nosotros somos buenos, ellos son malvados. Este útil principio atropella cualquier argumentación que no se argumenta, se afirma. En todo el mundo los gobiernos tomaron el 11 de septiembre como ventana de oportunidades para instituir o escalar sus programas de severidad o represión. Ansiosa, Rusia se unió a la "coalición contra el terror", esperando recibir autorización para continuar sus terribles atrocidades en Chechenia y no se desilusionó. China se unió, por razones semejantes. Turquía fue el primer país en ofrecer tropas para la nueva fase de la "guerra al terrorismo" de Estados Unidos, en agradecimiento, como explicara su primer ministro, por la contribución estadounidense a la campaña turca contra la población kurda, reprimida miserablemente. Una guerra tendida con salvajismo extremo gracias al flujo enorme de armas estadounidenses. A Turquía se le felicita ampliamente por sus logros en estas campañas de terror estatal, incluidas algunas de las peores atrocidades cometidas en los sombríos noventa, y se le concedió la autoridad para proteger Kabul del terrorismo, con patrocinio de la misma superpotencia que le ha dispuesto los medios militares y el respaldo diplomático e ideológico para cometer sus actuales atrocidades. Israel ha reconocido que estaría en condiciones de aplastar a los palestinos, aún más brutalmente, con un apoyo más firme de Washington. Y así por todo el mundo.
El mundo está viviendo una nueva etapa de terror, donde todos aquellos opuestos a una idea, o de culturas y razas distintas son tomados como peligrosos, esta nueva etapa podría bien considerársele como un nuevo brote de fascismo. Se dice que el marxismo murió envejecido junto con sus teóricos, pero el fascismo sigue vivo y creciendo, dentro de un mundo cada vez más pequeño debido a la globalización y medios de comunicación e información. Ahora bien el fascismo es un mosaico de viejos prejuicios reunidos sin tener en cuenta la verdad ni la coherencia, para apelar no a propósitos comunes sino a miedos y odios comunes, tal y como ocurre en la actualidad con los distintos conflictos mundiales, el hecho de ser de una raza o credo distinto es suficiente para ser considerado "peligroso" o hasta "terrorista". Para aquellos que aceptan las más elementales consideraciones morales, es difícil demostrar que Estados Unidos y Gran Bretaña estuvieron en lo justo al bombardear a los afganos para forzarlos a entregar a personas que Estados Unidos sospecha que cometieron actos criminales. Este fue el objetivo oficial de la guerra, anunciado por el presidente cuando comenzó el bombardeo. O que derrocaran a sus gobernantes, objetivo de guerra anunciado semanas más tarde.
El nuevo Fascismo Neoliberal
A pesar de que el Fascismo tuvo su principal época en la primera mitad del siglo XX a continuado evolucionando a lo largo de los años, el odio sigue siendo el mismo y cada vez más fuerte, el objetivo del odio ha sido modificado pero continúa en todos los gobiernos, democráticos o no del mundo entero. A continuación mostraré ciertas similitudes entre el fascismo anterior y el nuevo fascismo neoliberal. El fascismo y el nacionalsocialismo tuvieron como fin político inmediato la expansión nacional mediante la guerra, ambos fueron auténticos movimientos populares que, momentáneamente, despertaron una lealtad fanática en miles de alemanes e italianos quienes utilizaron el nacionalismo, ya que era el único sentimiento con atractivo universal.
El fin supremo del nuevo movimiento es la "nacionalización de las masas", "la recuperación de nuestro instinto nacional de auto preservación".
El fascismo y el nacionalsocialismo fueron esencialmente gobierno bélicos y economías bélicas establecidos, no como medidas para resolver una emergencia nacional, sino como sistemas políticos permanentes.
El fascismo y el nacionalsocialismo suponían que la única forma efectiva de internacionalismo era no la transacción ni la concesión, sino la victoria y la aniquilación.
El mito fascista, construido por nacionalistas italianos como Alfredo Rocco, era que la Italia moderna es heredera espiritual del imperio romano. En el nacionalsocialismo este "Fundamento espiritual" fue la "raza" o la "sangre y la tierra" en el caso de Estados Unidos es la venganza a todos aquellos que han osado levantarse en contra de ellos, con la intención de lograr la paz a través del aniquilamiento y sometimiento de todos aquello en contra de la "razón".
Siempre el máximo de libertad coincide con la fuerza máxima del estado... toda fuerza es una fuerza moral, porque es siempre una expresión de voluntad; y cualquiera que sea el argumento empleado (la predica o el garrote) su eficacia no puede ser otra que su capacidad para recibir en definitiva el apoyo interno de un hombre y convencerlo de que acepte la fuerza.(G.H. Sabine).
A la cabeza de la élite nacionalsocialista está el Líder, en cuyo nombre se hace todo, al que se considera "responsable" de todo, pero cuyos actos no pueden ser criticados jamás. Al propósito fascista contribuyen los ciudadanos que claman por un líder que erradique la inestabilidad, que termine con la inseguridad y la incertidumbre del día siguiente. El fascismo se legitima en las elecciones. Los ciudadanos con su voto mantienen en el poder a quien les ha ofrecido castigar a quien les agravió: el líder, el hombre pletórico de dones, de gracias "carismático" como los anunciadores, los artistas, piedra angular de la construcción fascista. Desde el 11 de septiembre de 2001 ha sido objeto de una intensa campaña de fervor patriótico. Los que hirieron el honor patrio deben ser castigados y perseguidos por sus cómplices, si recordamos que Winston Churchill, tan consciente de la historia elogió a Benito Mussolini cuando el futuro Duce estaba a punto de consolidar su poder. Hoy, un buen número de estadistas del mundo elogian a George W. Bush por su triunfo, por sus dones de líder, de guía de su pueblo, por su carisma. Por ser el presidente que registra el mayor grado de aceptación entre la población de los estados Unidos, en los últimos 60 años.
El elegido procede a exacerbar la emoción patriótica para que se acepte el empleo de la violencia extrema, para perseguir e inmovilizar a cualquier persona o país sobre quien recaiga la mínima sospecha de amenaza.
En un documento titulado La estrategia de seguridad nacional de Estados Unidos.
adelanta que cualquier oposición o sospecha de oposición será objeto de ataques preventivos, garantizados, es obvio, por armas de destrucción masiva y no masiva, capaces de detener las tentaciones de obtener ventajas sobre los cañones estadounidenses.
Más sin embargo se sabía, desde hace algún tiempo, que con la nueva tecnología las potencias industriales perderían probablemente su virtual monopolio de la violencia, para mantener únicamente una enorme preponderancia, lo cual ha llevado al mundo a una situación muy delicada, ya que si Irak sufrió de fuertes embargos económicos, significa que la masiva y brutal política de sanciones de la ONU ha fracasado totalmente. En otras palabras, medio millón de niños iraquíes murieron para nada, a pesar de las sanciones, Saddam fue capaz de seguir construyendo armas de destrucción masiva.
La posibilidad de guerra nuclear y bioquímica aumenta cada vez más con las amenazas de unos gobiernos a otros, con la proliferación de armas nucleares y bacteriológicas y con los rencores crecientes de países con una antigua cultura imperial, como los del Islam, Rusia, China o India, que están siendo constantemente humillados. El neoliberalismo de guerra se enfrenta a las limitaciones de una "nueva guerra" que no permite realizar grandes gastos e inversiones militares y armamentistas capaces de reactivar la economía. En caso de que los límites de la "nueva guerra" se desborden se plantea el peligro conocido de una "guerra de destrucción mutua".
El mundo transita por uno de los momentos más peligrosos de todos los tiempos, una época de transición en la que nada está aún definido, pero sin duda se puede vislumbrar un futuro peligroso si no se modifican las políticas mundiales, y se le da el respeto que se merecen las personas sólo por el hecho de ser un Ser Humano.
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